Las ideas, generalmente, siempre surgen de una acti vidad inspiradora, (el estar sin hacer nada también es una actividad).
La idea de una idea es el superplano de lo abstracto. Es justo en ese punto que parecieran salir de lo más recóndito de las guaridas de la mente: las fantasías, que utilizan imágenes de la realidad superpuestas y sometidas a una idea para reconstruirlas según el deseo; Los celos , que utilizan las imágenes de la fantasía, producto de una idea previa que se tiene, y se entremezclan involuntariamente con la realidad, provocando una curvatura caótica en la incorruptible línea de lo que es real.
Una idea es la representación que del objeto percibido queda en el alma, por tanto, todo lo concerniente a la idea es meramente emocional.
La idea de una idea no es más que la recreación emocional, (sujeto a otros planos abstractos del ser humano como el deseo y el miedo), que ha percibido el alma.
La fantasía no daña, pero si ocupa. En cambio los celos dañan y mucho, porque enceguecen la visión de lo real. El sentido de la vista se ve mermado por la alucinación de una fantasía colorida superpuesta en terrenos ocupados , la mayoría de las veces, por la lealtad, y no ocupa sino preocupa porque la locura siempre invita a bailar a los celos la danza fúnebre de la pérdida de la cordura.
Por cierto, ¿tienes idea de dónde puede estar... tu…?
Eugenio Ravelo